El joven jugador atigrado se formó en las divisiones inferiores del club. Ahora es un ídolo del campeón al que un día antes de la final le juró fidelidad.
De ídolo de las divisiones inferiores a campeón con el primer plantel. Del “Choquito” de los entretiempos de los partidos oficiales de The Strongest a Chumacero, símbolo y figura del club. En poco más de diez años, la vida de Alejandro ha avanzado a pasos enormes.
A principios de semana, contó que nunca fue campeón con el Tigre, ni siquiera en las divisiones inferiores, y soñaba con levantar la Copa. Anoche, en Sucre, el sueño se le hizo realidad.
“Desde que era muy pequeño soñaba con este título, con este momento”, manifestó después de que el Tigre se coronara campeón.
Para Chumacero, el logro atigrado es diferente, porque es el único de los 26 integrantes del plantel que se formó en las divisiones inferiores del club. “Para mí es muy especial, porque
me formé en el club y soy hincha del club”.
Los abrazos no acaban con sus compañeros, con el cuerpo técnico, con los dirigentes, incluso con los hinchas que llegaron hasta el campo.
Está seguro de que no ha cambiado nada del “Choquito” de finales de los 90 al jugador hecho y derecho de hoy, flamante campeón con el Tigre.
“No he cambiado nada, pero obviamente he madurado a medida que ha ido transcurriendo mi vida en el fútbol. He aprendido mucho de muchas personas y han pasado muchas cosas que me han
ayudado a llegar donde estoy. Pero, de cambiar, no he cambiado mucho, solamente crecí un poco, nada más. Sigo teniendo el mismo corazón de siempre y las ganas de jugar que tenía cuando
era niño”, dijo.
Tiene fresco el recuerdo de “que se vayan todos, que no quede ni uno solo”, que cantó la hinchada cuando empataron con Nacional Potosí (2-2) y la clasificación a la segunda fase estuvo en
peligro.
La frase
"No éramos nadie, la verdad, y ahora somos campeones, y la gente reconoció nuestro esfuerzo. Es una alegría muy grande la que sentimos esta noche”.
Alejandro Chumacero / JUGADOR DE THE STRONGEST
(La Prensa)